Una vez más, recibimos la visita de diferentes artistas que exponen sus obras y nos visitan para conversar con las alumnas y alumnos sobre la cocina de su trabajo.
En esta oportunidad, Mirta Leyes, Fermín Rissotto y Cristina Triulzi, nos regalaron algunos condimentos que constituyen sus obras.
CRISTINA nos contó su manera de liberarse de la realidad cotidiana a través de la creación de mundos poblados de texturas, generalmente abstractos, pero con elementos que incorpora de su entorno entrañable.
Un camisón de su hija, o una caja forrada de cartas de sus familiares que terminan siendo un buzón, para dejar en él, mensajes secretos de algo que queremos que se nos desprenda, mensajes que serán quemados en un fueguito, para terminar siendo parte del aire.
MIRTA nos habló de su infancia transcurrida en Corrientes, en los esteros del Iberá, entre jaguares, cocodrilos y un paisaje natural lleno de sorpresas.
Nos habló del fuerte contraste que recibió cuando, de niña, vino con su familia a vivir a Buenos Aires, donde le dijeron que iba a encontrarse con nuevos juguetes.
Pero con el paso del tiempo, descubrió que a través de su pintura, evocando la vida y costumbres del terruño de su infancia, podía volver a su querencia profunda, mezclando en la materia de sus obras, elementos de la naturaleza: tierra, frutas, verduras, todo tiene un color que se puede utilizar como pintura.
FERMÍN nos mostró la arquitectura de sus marionetas y el mecanismo para darles movimiento. Nos habló de la importancia de saber mirar para encontrar en objetos cotidianos y en material reciclable, fragmentos de obras por nacer.
Una mañana mágica, con la esperanza de grabarse en nuestras almas para siempre.